El Ocaso de Dolmatovia
Hace unos años en una época complicada laboral y personalmente de mi vida navegando por internet llegué a un foro llamado Dolmatovia.
Era un juego de simulación política. En un país eslavo imaginario se desarrollaba todo un mudo paralelo con su juego político, gobierno, oposición, diarios, incluso toda una historia paralela desde la Edad Media hasta nuestros días. Su grado de complejidad, su grado de detalle, me subyugó.
Me introduje en el juego, en aquella época estaban en la versión 3.0, y participé en ella y en la 4.0. En las siguientes versiones más aleatoriamente a causa de la crisis.
El juego era magnífico por los compañeros y el nivel de los mismos. el legendario Balla, Galerkin, Andrés, Darin, el inolvidable y entrañable Karpin, y otros muchos que no puedo nombrar ya que no acabaría nunca pero no por ello menos importantes... Les debo muchas horas de diversión y el recuerdo de una gran amistad aunque nunca los he visto ni hablado con ellos jamás salvo a través del foro.
El otro día en un ataque de nostalgia pasé a ver y saludar a los antiguos amigos. No pude hacerlo, no me sentí con fuerzas. El juego había caido en decadencia. Los jugadores nuevos o no están a la altura, o son muy jóvenes y no conocen nada de política ni de oratoria, o simplemente no entienden la grandeza del juego. El juego no engancha como antes, de los treinta jugadores simultáneos de los buenos momentos apenas quedaban seis o siete siendo generosos.
Poco a poco languideció hasta que finalmente los administradores históricos han decidido abandonar, tirar la toalla, y les entiendo, yo también lo hice cuando fui administrador.
A este juego le dediqué días, tardes y noches, centenares de horas. Aprendí a manejar programas de diseño gráfico para fabricar cartelería electoral, y software de vídeo para hacer mis propios spots electorales. Fundé un diario y trasladé la técnica y el buen hacer de periodistas reales españoles al mundo imaginario de Dolmatovia sin haber hecho periodismo. Hasta estudié nociones de derecho para dirigir el Tribunal Supremo del país en una de las versiones y poder estar al nivel de exigencia del juego.
Ahora todo eso se ha acabado y creedme... me invade la tristeza. Solo puedo pensar ahora en el poema de Borges ya que a mí me faltan las palabras...
Entre mi amor y yo han de levantarse
trescientas noches como trescientas paredes
y el mar será una magia entre nosotros.
No habrá sino recuerdos.
Oh tardes merecidas por la pena,
noches esperanzadas de mirarte,
campos de mi camino, firmamento
que estoy viendo y perdiendo...
Definitiva como un mármol
entristecerá tu ausencia otras tardes.
In Memoriam... por Mindalye Dereva.